Anoche tu locura me robó,
me tomó todo lo que me quedaba.
Desapareció la voz que me juraba
su gran amor, la que conjuró
el mío y después tomó todo lo que yo la entregaba...
Anoche tu fantasma me habló,
me torturaba hasta a la madrugada.
Ahora queda la pregunta desesperada -
después del robo, ¿quién soy yo? -
/Simplemente/ nada en la nada.